Los jardines mallorquines son de carácter austero pues el agua siempre ha sido un bien escaso. las plantas deben TAMBIÉN sobrevivir al calor del verano, las heladas invernales, la salinidad del aire y algún que otro vendaval.
Los mallorquines heredaron el arte del cultivo de agaves, romeros, olivos, naranjos, almendros Y parras, y las nuevas generaciones lo han sabido combinar con técnicas novedosas para crear belleza y sostenibilidad.